Desafío 14: Por el tiempo





Ve al pasado o al futuro. Crea un entorno acorde que muestre cuándo está sucediendo una acción sin necesidad de nombrar una hora, un año o una época. Esta acción será una simple comida entre dos o más personajes.
No uses mucho más de 400 palabras.

TIP 1: una comida no siempre es desayuno, almuerzo, merienda o cena. Anímate a desafiarte.

TIP 2: aprovecha la actividad para investigar sobre la vida en épocas pasadas o los proyectos a futuro en cuanto a tecnología, sociedad, modos de vida.


Objetivo de la actividad: practicar la ambientación en lugar de la descripción directa.



Te dejo mi resultado como ejemplo:


Cuando todas las velas se apagaron, excepto las que rodeaban a doña Josefina Andrade, comenzó la cuenta regresiva. Tras la suculenta cena compartida, todos los invitados sostenían una copa, dispuestos a brindar por el Año Nuevo y también por la llegada del progreso al hotel que, por esos días, ante tal acontecimiento, estaba en boca de todos.
Doña Elisa Monterroso comenzó el conteo con todos los demás, desde el diez hasta el cero, cuando la medianoche los alcanzaría con el festejo. Desde el balcón del gran salón comedor, doña Josefina marcaba el ritmo.
Entre los invitados, camareros y doncellas se movían en penumbras, delicados, con agilidad, sin molestar a nadie. Retiraban las velas para que el efecto del cambio se viera de inmediato.
Pronto la cuenta llegó a cero y la luz eléctrica hizo su aparición, imponente y fantástica, en el elegante hotel de la familia Andrade. El “Feliz Año Nuevo” de todos los presentes se fundió con una expresión maravillada. Las luminarias parecían mágicas, increíbles.
Doña Elisa se llevó la mano la pecho por el asombro, y al palparse descubrió que ya no llevaba su collar de perlas. Se desesperó y se sintió ultrajada, aquel collar era un regalo de su difunto esposo. Tras ella, otras seis mujeres de alta alcurnia descubrieron que les faltaban broches, collares y pulseras. Segundos después, doña Josefina daba la orden de cerrar todas las puertas para encerrar al ladrón, pero ya era tarde, la doncella Camila ya había abandonado el hotel junto al camarero Adrián. No podían dejar que los castigaran o los despidieran solo por tener el deseo de ser padres, y su futuro hijo tenía tanto derecho a la vida como cualquier señorito.




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