"Heredera" - de Sonia Pericich

Pocahontas se baña en el río. Dos mujeres la acompañan e inundan su cabello con agua de azahar. La tristeza en sus ojos no opaca su belleza.
Desde lejos, un bravo capitán de cabellos dorados observa la escena sin pudor; ha deseado a Pocahontas desde el momento en que puso un pie en aquella playa de anheladas y provechosas tierras.
El Jefe Powhatan ha muerto por la noche. Pocahontas, su hija, ha de tomar su lugar para que su gente recupere la fortaleza, pero aquel bravo capitán de cabellos de oro que la ronda hace que la incertidumbre crezca en lugar de menguar. Quieren confiar en Pocahontas, necesitan resistir y estar alerta, se sienten desprotegidos frente a los extraños e imponentes visitantes. Una ceremonia de asunción se convierte en una gran idea para que aquellos vean en todo su esplendor el poderío de su raza.

La caída del sol abriga la
desnudez de Pocahontas al salir del agua, pronto asumirá una responsabilidad que no esperaba tener tan pronto, y el nerviosismo la invade acompasando la pena. Su admirador se relame, oculto entre las inaplazables sombras.


Ya entrada la noche, la ceremonia está en su auge. Los pálidos ingleses beben y observan, desde lejos, la pasión de aquellos indios. Entre ellos, el Gobernador Ratcliffe resalta por su robustez y expresión amarga. No tolera la algarabía de los que dicen ser los dueños de su tan preciado oro.
El capitán Smith, el de los cabellos dorados, se acerca y le comenta algo al oído. El gobernador asiente con una mirada cómplice y ordena a sus hombres apagar el fuego y retirarse a descansar. El plan está en marcha.
Pocahontas, rodeada de los suyos, ignora los festejos perdida en sus pensamientos. Intenta mostrarse segura, pero teme. Pronto da también por terminada la celebración y se retira.
Oculto debajo de unos cueros de su choza, la espera el capitán Smith.


La mañana llega sombría. El sol se oculta tras nubes de tormenta, que contrastan su gris contra el rojo de la sangre que tiñe la playa. Varios cuerpos han sido arrastrados hasta allí, dejando su rastro amenazante sobre la arena.
La lluvia llega pronto para lavar los cuerpos, y el viento hace correr hacia el mar un río rojo, calando delgados surcos serpenteantes.
El plan se ha ejecutado implacable y preciso, los triunfadores descansan acunados por el sonido de las gotas golpeando el follaje.
Haber llevado a Pocahontas como rehén al barco para esclavizar a su pueblo habría sido una magnífica idea, si no fuera porque el capitán Smith era el único al tanto de sus habilidades de sigilo y caza, y el único consciente de lo que ella era capaz de hacer por sus tierras. Fue la mejor decisión volverse su aliado para facilitarle el astuto y limpio golpe, aunque el hecho de que ella también había asesinado a su padre para tener el control de la tribu le había parecido algo exagerado.
Ahora la amaba, y también le temía.






✲✲✲

Este texto es el resultado de un reto propuesto por JL Prieto en el grupo "Panorama Indie". Tuve que elegir el género que más me gustaba y un número. Dicho número ocultaba un personaje de dibujos animados, y la suerte me ha dado a Pocahontas
El género que elegí fue Trhiller.
Los ganadores fueron Vanesa Mulero, David Lorén Bielsa y Manuel Ostos Muñoz. El premio consistía en la promoción en la cabecera del grupo durante una semana y una entrevista conmigo para "Hoja en blanco". Como Vanesa y Manuel ya han sido entrevistados, les he pedido que cedan su entrevista al autor o lector que prefieran. Pronto tendremos sus entrevistas en el blog.

Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución – No Comercial – Sin Obra Derivada 4.0 Internacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario